Cantando a dos lenguas, o a tres, o a cuatro, el hombre gritaba 'hello' y se desvivía. Corriendo alegre, con su dibujo de un hombre bajo la lluvia en el que no pintaba paraguas ni botas, nada le importaba.
Reía como un pobre miserable, un pobre tipo, estallando de contento.
10 comentarios:
Era imposible mirarlo y no contagiarse de su aparente alegría. Pensé que si era capaz de animarme, siendo que acababa de pasar por las tres horas mas largas de mi vida, entonces bien valía la pena enterarse de lo que motivaba semejante espectáculo.
La escena bien podría ser una burda copia de “Singing in the rain” a no ser por el detalle que la lluvia calaba hasta los huesos al pintado personaje. Y mi alegre bufón estaba más seco que un desierto. Me senté a mirarlo en el cordón, donde mis zapatos lustrosos hacían espejos del pavimento.
Motivación y felicidad ambo flujo de la misma fuente.
Un río de lluvia un aguacero verdadero puede causar la maldición.
Nos gusta esto, o lo odiamos, o lo pintamos sobre nuestra bandera.
¿Cuál es el color de su canción? Su mano y ojo son el renacimiento de éxtasis.
Con dos matrículas el loco hacía las veces de banderillas, dando indicaciones a un avión imaginario. Con la banderita de papel que llevaba en el bolsillo, flameándola cada tanto con violencia, espantaba al diablo.
Diablo me sentía yo que lo contemplaba, con aspecto risueño, queriendo olvidar las tres horas pasadas dentro de aquel calvario. Infierno del que por más fuerza que hiciese no podía dejar atrás
¡Duele! ¡Duele!
El dolor me atacó de golpe durante la ensoñación.
Es el aburrimiento de adolescente alcóholico que me carcome las pelotas.
Pero estoy demasiado viejo para eso.
Heme aquí, permitiendo que me invada de nuevo la tristeza. Creo que este cuadro es aún más triste que el de ese pobre loco, al menos él no se da cuenta de lo mal que está su vida.
La noche cae en gotitas.
La nieve se desliza como alquitrán.
El olor del azufre es insoportable.
La bandera de papel no logró espantar al diablo.
Suena una música infernal que el loco aparta extirpándose las orejas.
"Las palomas son las ratas" del aire, piensa el loco, guiñándole el ojo al diablo y apuñalándolo por la espalda.
Es tan fácil quejarse una y otra vez de lo mal que esta nuestra situación y tan difícil despertar y darnos cuenta de que somos los únicos que podemos cambiarla.
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