Despertar, despertar.....
Resuena la palabra en los oídos de Natalia, como una campana. La molesta, la hiere.
Natalia quiere quedarse dormida ensayando su propia muerte.
Ella quiere dejar que los demás despierten y sufran cuanto quieran mientras ella está calentita bajo las colchas.
Hace un esfuerzo y logra olvidarse, no percibir, los ruidos que vienen de la calle y se incrementan. Con un esfuerzo más grande convence a su madre de que es imposible despertarla.
Trabaja duro Natalia, para evitar que la despierten. A pesar de eso, aún dormida, escucha todas esas voces de recriminación que la atormentan.
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